viernes, 8 de junio de 2007




Quédate allí
entre mis cosas
retoza.
Aprópiate de mi vino
vicio, oficio…
Déjate estar, andar
amar…
Vénceme la piedad,
Aún soy capaz de sentir
A pesar de mi afección
Años de prolongado desuso
Inconciencia algo rota
Y estrafalaria sonrisa,
He allí donde mi encanto
Hace alarde de salud.

Quédate allí
retoza
Entre mi boca,
Desvuélvele a mi carne
el beso, eso, eso…
de tu ágata desnuda,
Lengua, trapecio,
Falda, fisura.

No me digas
que me quieres
que la luna se derrite.
No me pidas
nunca nada
que voy soldando tu nombre.
No me tengas como esclavaque es tan cruel la condición,
solo desgasta tu cuerpo
en la palma de mi mano
y mánchame de tu oliva,
déjame tu olor,
tu arcano…






Neiffe Peña
Del Libro: De imposibles y otras sustancias


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