
Muy rápido me recupero, rápido, con esa noción del tiempo que tienen los ajusticiados, esa donde en un minuto pende la vida y la muerte juntas. Todo corre con la velocidad requerida, sudo impaciencia, es difícil no saltar de este riel y flotar calma…
Siempre tuve la culpa de todo, solo ahora se que no tengo la culpa de nada y paradójicamente el mundo me encuentra culpable, terriblemente sobreviviente y malignamente adherida a mi camino como una espora metal-coral-simiente.
Ahora que escupo lo esculpido, que ya deje atrás el “Valle de nubiles sombras” no se responder a la ira y tampoco se si eso es bueno o malo, simplemente hojeo la tarde, me tomo una copa de vino y escucho a Tania María cantar “Comenzar de nuevo”
Neiffe
Caracas 10 de abril de 1996
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