miércoles, 4 de noviembre de 2009

Derecho






Mi corazón se quedo allí, en aquel tiempo, quieto…donde tu rostro vivía en mi ventana y tu voz era el alivio de mi inquietud. Lo que más temía y lo que más amaba. Hoy me hago las mismas preguntas y se que no te perdí porque nunca te tuve. A veces me parecen tus besos una ficción y realmente no puedo comprender si me los diste o los invente, como tantas cosas de este amor que también pienso me invente, tal vez, porque nada quedo mas que este dolor y esta nostalgia… es posible que me ponga triste de la pura locura que cargo y es posible también que nunca medí tus piernas y que no me dormí en tu cuello, es posible que solo hayas sido un sueño del que nunca quise despertar y que al vivir y vivir sin ti, por fin entienda, que no existes, que te invente y que mi muerte también fue ficticia y estoy en un estado vegetativo desde que me dijiste que te ibas para siempre, de esta forma mi vida se volvio un sueño y mis pasos sin ti, pasos solos, pasos pesados, pasos hacia la nada, porque sin ese sueño que fuiste, la vida mía, que también logro ser un sueño, no tiene cuerpo y solo cumple con la acción de esparcirse como el viento, como la música, como algo intangible y tremendamente sentimental…mi corazón se quedo en esa ventana de Linda Vista, en aquella casa de La Doctores, en Puerto Madero y en aquella postal blanco y negro que me dio tu mano justo cuando San Telmo me parecía que era nuestro sueño. Lo único bueno de todo esto es que jamás estaré sola porque siempre te pienso y como te pienso, nada mas puede llenar esta soledad que tu sueño, esa sonrisa que adore, esa voz que me mato de amor, esos ojos tan dulces y tan claros, tan puros y tan míos, total, aunque no seas una verdad y no me ames tengo la libertad de amarte y de soñarte como quiera y para siempre.

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